Más de 50.500 kilómetros de la red eléctrica de la provincia de Buenos Aires está operada por DESA: toda esa red cuenta hoy con sistemas técnicos de última generación, activos digitalizados y mapas georreferenciados con aplicativos para operar el servicio en tiempo real. ¿Qué significan para los usuarios esas mejoras? Que al contar con la información online, a las prestadoras del servicio les resulta ahora más fácil tanto predecir las fallas como administrar recursos, lo que termina contribuyendo a que se acorten los tiempos para resolver cualquier tipo de incidentes.
Es que en estos últimos años las cuatro distribuidoras bonaerenses que gestiona DESA (EDEA, EDELAP, EDEN y EDES) estuvieron encarando diferentes y sustanciales despliegues de nuevas tecnologías, centrándose más que nada en las áreas de operación, interacción con los usuarios y administrativa.
«Años atrás muchas de las sucursales de las distribuidoras trabajaban offline e incluso con serios problemas de disponibilidad de los sistemas que necesitan para operar. Gracias a una reingeniería de las redes de comunicaciones internas superamos todas esas dificultades», señalan desde la compañía para referirse a innovaciones como el reemplazo de tecnologías obsoletas por otras de última generación, la ampliación de vías para comunicarse y la generación de canales redundantes para minimizar el riesgo de falta de conectividad en sitios críticos.

Pero DESA también viene avanzando en implementar medidores inteligentes, capaces de acercar a las distribuidoras información online y la posibilidad de actuar sobre ellos de manera remota, lo que permite un mejor control de calidad del servicio y baja a la vez el tiempo para resolver fallas. Entre estos avances sobresalen también la telemedición de grandes usuarios de EDEN y de un gran porcentaje de los de EDELAP, además de varios proyectos piloto de telemedición en usuarios residenciales de EDEA y EDEN.
Con foco en el usuario
Nadie puede permanecer hoy ajeno a esta transformación digital que resulta al mismo tiempo imparable y obligatoria. De ahí que DESA viene impulsando hacia las distribuidoras una batería de mejoras en los aspectos que hacen a la relación con sus usuarios: se renovaron los canales de atención digital, se crearon otros nuevos (como la aplicación móvil) y se incorporaron servicios. «Todo este trabajo nos permitió brindar a nuestros usuarios una experiencia no solo renovada, sino sobre todo más simple y completa», destacan desde la firma.

Los usuarios de EDEA, EDELAP, EDEN y EDES pueden ahora hacer sus trámites de forma remota a través de las sucursales y oficinas virtuales y también por medio de sus versiones móviles para IOS y Android, diseñadas especialmente para el nuevo público consumidor de Apps mobile.
Desde factura digital hasta pagos online, pasando por un asesor virtual disponible las 24 horas, chatbot y simulador de consumo: son solo algunas de las funcionalidades que a través de estas plataformas aportan al usuario una experiencia amigable y de formación. Recientemente, la distribuidora EDELAP, sumó el alta del servicio online para usuarios residenciales».
Puertas adentro
Dado el papel clave que cumplen hoy en día los indicadores de gestión en las decisiones operativas y estratégicas, DESA está llevando adelante una fuerte renovación en sus herramientas de business intelligence que no solamente le permiten disponer de una mejor calidad de información, sino que además abren la posibilidad de, en función de datos históricos, realizar diferentes proyecciones.
«Expandimos SAP con infraestructura SAP HANA, que es el sistema de clase mundial para la administración de procesos financieros, presupuesto, abastecimiento, logística y control de nuevos proyectos, lo que nos ayudó muchísimo a mejorar la productividad de las operaciones y la administración de recursos», detallan en la compañía. Y concluyen: «A través de todas estas vías seguimos trabajando hora a hora y los 365 días del año en el desarrollo de proyectos innovadores, eficientes, óptimos e inteligentes que esperamos se traduzcan en mejoras de la calidad de vida de las personas que están en nuestras áreas de concesión»
Fuente: La Nación